Me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabajártelas. Si odias los domingos o si cuentas por ahí que yo estaba loca por ti. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o te sigue sobrando de ahí abajo. Si bebes para divertirte o para olvidarte. No me han quedado cicatrices de la hostia que me pegaste. He aprendido la lección bien aprendida a base de palos, y no me han quedado ganas de volver a verte, ni de noches, ni de mañanas, ni de carreteras, ni de coches. No me han quedado ganas de ti en general. Sólo una indignación que se parece a la resaca de los domingos y un poco de odio hacia todo lo que tenga que ver contigo. Nunca fui tu amiga, pero aún así, soy una de las mejores cosas que han pasado por tu vida (demasiado buena, la verdad). Y cuando llegue el día en el que hagas un repaso de tu lista y sientas ese nosequé porque yo ya no estoy en ella, me verás a años luz de esta pesadilla